Es importante destacar que el detailing es algo que requiere tiempo, conocimientos, materiales y esfuerzo. Cada vehículo es único, su estado, su valor o casuísticas varias, pero siempre podemos regirnos por unas directrices comunes.
Protégete
Estás limpiando posiblemente agentes infecciosos y utilizando productos químicos.
Invierte en una caja de guantes, una mascarilla y unas gafas protectoras. Piensa que andamos con zapatos por la calle, podemos pisar un excremento o una bacteria, pasarlo a la alfombrilla del vehículo y en el proceso de limpieza aspirarla o que se proyecte contra nuestra piel, ojos, nariz, boca o una herida (y esto en el mejor de los casos de riesgo).
SIEMPRE lavar el vehículo frío
¿Qué pasa si aplicamos agua sobre una vitrocerámica caliente? Se seca y hay eliminar el residuo, y con posibilidad de arañar la superficie durante la eliminación. Si lo extrapolamos a una laca o superficies delicadas y no solo con agua, sino con químicos que puedan ser agresivos en mayor o menor medida, podemos tener una desagradable y costosa "sorpresa".
¿Qué pasa si aplicamos agua fría sobre un metal muy caliente? Además de que el agua se evapore y pueda oxidar metal desnudo, este puede combarse. Si aplicamos agua fría a presión, por ejemplo sobre los frenos, corremos el elevado riesgo de que los discos se deformen, y la única solución sería sustituirlos.
Los productos están sometidos (generalmente) a pruebas de uso, por ello los propios fabricantes recomiendan su uso sobre superficies frías.
Un limpiallantas puede quemar una llanta caliente, un APC concentrado o potente puede dañar un plástico o goma, pero en este caso las probabilidades aumentan sustancialmente el resultado, un champú suave bien diluido puede secarse sobre la superficie y llegar a marcarla, al igual que un eliminador de insectos, un prelavado en espuma, e incluso un acondicionador puede afear la superficie.
Espera siempre a primera hora de la mañana o última de la tarde. Si no disponemos de sitio y tenemos que acudir a un lavadero esta será la mejor hora: no hay sol y posiblemente no haya demasiado movimiento de usuarios con los que podamos interferir.
LEE y SIGUE las instrucciones del producto
Los fabricantes (generalmente) invierten tiempo y dinero en realizar pruebas de uso y guías de usuario de sus productos, no seguirlas pueden conllevar que no obtengamos el resultado esperado.
Esta bien realizar pequeños experimentos caseros, como modificar las concentraciones (consejo: solo mayor dilución) o probar otras áreas o métodos de aplicación, pero las mezclas de químicos no son nada recomendables. La alquimia es un arte peligroso, y el "Quimicefa" ha dejado múltiples heridos, no hagas experimentos si no quieres correr el riesgo de dañar un material o, en el peor de los casos, que te encuentren desplomado con un bote de APC y un limpiallantas en cada mano.
Ten en cuenta que el uso que le das a tu vehículo o el mismo PH de tu cuerpo o el de tus pasajeros no es el mismo que el de otro usuario con el mismo vehículo, los resultados pueden sufrir variaciones.
Las ventanas
El eterno rival. En este tema "cada maestrillo tiene su librillo", pero vamos a tratar de simplificarlo con la imagen de un cristalero colgado de una planta 40: máxima efectividad con un trapo, agua jabonosa y una rasqueta.
La suciedad de las ventanas de un vehículo es la misma que la de las ventanas de tu casa, suciedad exterior e interior: la exterior puede ser agua, polvo, insectos u otros contaminantes, mientras que la interior por lo general será grasa o agua condensada.
En el exterior
del vehículo podemos realizar el proceso de lavado normal y finalizar con una microfibra de cristales con nuestro producto limpiacristales escogido, rara vez quedará algún halo. Si tenemos restos que son detectables al tacto, como puede ser resina de un árbol, podemos ayudarnos primeramente de un rascador de vidrio o un eliminador de adhesivos.
En el interior
del vehículo sucede exactamente lo mismo que en el exterior, pero como no se suelen utilizar jabones ni desengrasantes solemos tener mayores dificultades.
Para dejar los cristales perfectamente limpios hay que desengrasarlos primeramente, podemos utilizar una microfibra con un APC o una dilución 1/1 de agua destilada e IPA, o simplificándolo con un jabón cualquiera. Con una primera pasada eliminaremos la grasa, que realmente será la suciedad, y podemos utilizar una segunda toalla para eliminar los residuos de limpiador que hayan podido quedar. En este último paso podemos hacer uso de una rasqueta de goma como la que utilizan los profesionales limpiaventanas (o un squeege).
Si queremos ir un paso más allá podemos repetir el paso anterior o utilizar otra toalla junto a nuestro producto limpiacristales siguiendo el anterior proceso.
Por último tendremos que limpiar o secar las zonas adyacentes al cristal de pulverizados o marcas de producto que hayamos podido dejar durante el proceso, o protegerlos previamente.
Las llantas
Siempre en frío, frías al tacto.
Diferenciar también el tipo de llanta que tenemos es esencial: si es pintada, diamantada, cromada, chapada, lacada... y escoger el producto limpiador en cuestión. En este punto es importante leer atentamente las especificaciones del producto.
Limpia de una en una, y una vez termines cada una sécala, esto marcará la diferencia en el acabado.
Se pueden limpiar con jabón de carrocería, con un jabón para llantas, limpiallantas, descontaminante férrico, APC, si, y con un cepillo para llantas de cerdas duras, de plástico, de microfibras, con pinceles, con guantes o con toallas, el método es independiente. Particularmente suelo intercalar pinceles con toallas, los primeros para hendiduras o tornillería y lo segundo para acceder a todas las zonas de la llanta.
La pintura
Aquí nos encontramos con varios factores: tratada o no tratada o tipos de contaminación entre otros. Hay que tener especial cuidado según estos factores ya que hay limpiadores que afectarán a nuestro acabado, desde un limpiainsectos a un QD.
Siempre lavaremos desde arriba para abajo, empezando por techo y superficies superiores y haciendo un corte a mitad inferior del vehículo para evitar la contaminación cruzada, o en otros términos evitar esparcir la suciedad que mayormente se acumula en las zonas inferiores por el resto del vehículo.
Lo esencial es que el champú lubrique muy bien, algunos de ellos no espuman sobre la superficie pero sin embargo tienen un muy alto poder de lubricidad. Tampoco hay que desmerecer las capacidades de limpieza, un champú que solo lubrique no tendría demasiada utilidad para el proceso de limpieza. Hay variedad de usos, con PH ácido o alcalino, neutro, con protección sellante, protección de cera, con aromatizantes para todos los gustos...consúltanos para obtener recomendaciones.
Aplicadores, un buen guante de calidad de microfibra o un pad de microfibra no requerirá de tantos cuidados como uno de lana, mantendrán sus capacidades durante mucho más tiempo y por lo general serán más económicos. También deberemos invertir en una toalla de secado, siendo recomendadas las de tejido "twist loop" o las "waffle". Como las toallas se utilizan en el último paso, una vez todo limpio, sólo será necesario secarlas tras cada uso, y lavarlas cada 4 o 5 lavados, con un jabón para microfibras que les devolverá esa esponjosidad de cuando la estrenamos.
Debemos tener en cuenta que si la superficie esta contaminada no hay jabón que elimine totalmente esta contaminación, los pasos ideales serían descontaminación química y posterior descontaminación manual, tras esta última deberemos pulir la superficie en gran parte de los casos.
El interior
Esencial comenzar retirando los elementos movibles y almacenaje de artículos que puedan extraviarse, y continuar con un buen aspirado. Puedes ayudarte de un cepillo para soltar las partículas adheridas.
Si utilizas un aspirador que admite humedad ahorrarás tiempo y polvo (para tus pulmones sobretodo). Pulveriza un agente limpiador para ablandar la suciedad y encapsular las partículas para evitar que se esparzan, y una vez lo cepilles podrás aspirarlas con mayor facilidad.
Dependiendo del proceso podemos estar realizando un mantenimiento o una limpieza.
Para el mantenimiento podemos utilizar un QD de interior o un 2 en 1, que pulverizaremos sobre el aplicador o toalla y no sobre la superficie.
Para la limpieza, ya sea plásticos, vinilo, pantalla o tapicerías, podemos valernos de un pincel, cepillo o aplicador que consideremos, utilizando un producto específico para cada superficie. Es recomendable acondicionarla una vez limpia, para preservar las propiedades en mayor medida hasta el siguiente lavado.